Sistema Basico
Se
entiende por un sistema a un conjunto ordenado de componentes
relacionados entre sí, ya se trate de elementos materiales o conceptuales,
dotado de una estructura,
una composición y un entorno particulares. Se trata de un término que aplica a
diversas áreas del saber, como la física,
la biología y la informática o computación.
El
mundo puede abordarse desde una perspectiva sistemática o
sistematicista, en la que todos los objetos forman parte de algún tipo
de sistema, desde las partículas de
un átomo hasta
la corteza cerebral, la democracia representativa
o los números
enteros. Visto así, un sistema no es otra cosa
que un segmento de la realidad que
puede estudiarse de manera independiente del resto, pero en el cual sus
componentes se hallan interconectados.
Los
sistemas son objeto de estudio de la Teoría de Sistemas o
Teoría General de Sistemas, una disciplina que
los aborda sean cuales sean desde una perspectiva múltiple, interdisciplinaria.
Según ella cualquier sistema es reconocible dados sus límites y partes
interrelacionadas e interdependientes (sus llamados subsistemas), a
punto tal que la modificación de un elemento modifica necesariamente el
funcionamiento del resto del sistema.
De
manera similar, se considera que un sistema es más que la mera sumatoria de sus
partes, es decir, dentro de un sistema es posible prever el
comportamiento de sus componentes si se modifican los demás, y además los
sistemas poseen un propósito a cumplir, un fin último que garantiza su éxito.
·
Sistemas conceptuales. Se trata
de conjuntos ordenados e
interrelacionados de conceptos e ideas, que pueden ser de cuatro tipos
diferentes: individuos, predicados, conjuntos u operadores. Son de tipo
abstracto, intangible.
·
Sistemas materiales. Por el
contrario, son tangibles, concretos, y están compuestos de componentes físicos,
es decir, cosas con propiedades específicas, como energía, historia, posición, etc.
Un sistema (del latín systēma, y este
del griego σύστημα sýstēma 'reunión,
conjunto, agregado') es "un objeto complejo cuyas partes
o componentes se relacionan con al menos alguno de los demás componentes";1 ya sea conceptual o material.1 Todos los sistemas tienen composición, estructura y
entorno, pero solo los sistemas materiales tienen mecanismos (o procesos), y
solo algunos sistemas materiales tienen figura (forma).
En el siglo XIX, el físico francés Nicolas Léonard Sadi Carnot, que estudió termodinámica, fue pionero en
el desarrollo del concepto de "sistema" en las ciencias naturales. En 1824 estudió el sistema que llamó la "sustancia de
trabajo" (típicamente un cuerpo de vapor de agua) en la máquina de vapor,
en lo que respecta a la capacidad del sistema para realizar trabajo cuando se
le aplica calor. La sustancia de trabajo podría ponerse en contacto con una
caldera, un depósito frío (una corriente de agua fría) o un pistón (sobre el
cual el cuerpo de trabajo podría trabajar empujándolo). En 1850, el físico
alemán Rudolf Clausius generalizó esta imagen para incluir el concepto
de entorno y comenzó a utilizar el término "cuerpo de
trabajo" al referirse al sistema.
Experimento
de memoria espacial en ratones.
La memoria permite retener experiencias pasadas y, según el alcance temporal, se clasifica convencionalmente en: memoria a corto plazo (consecuencia de la simple excitación de la sinapsis para reforzarla o sensibilizarla transitoriamente), memoria a mediano plazo y memoria a largo plazo (consecuencia de un reforzamiento permanente de la sinapsis gracias a la activación de ciertos genes estos presentan la estructura cerebral más compleja de la escala evolutiva. No obstante, el estudio de la memoria en otras especies también es importante, no solo para hallar diferencias neuroanatómicas y funcionales, sino también para descubrir semejanzas. Los estudios con animales suelen realizarse también para descubrir la evolución de las capacidades mnésicas y para experimentos donde no es posible, por ética, trabajar con seres humanos. De hecho, los animales con un sistema nervioso simple tienen la capacidad de adquirir conocimiento sobre el mundo, y crear recuerdos. Esta capacidad alcanza su máxima expresión en los seres humanos.4
El cerebro humano de un individuo
adulto estándar contiene unos 100 000 000 000 (cien mil
millones) de neuronas y unos
100 billones de interconexiones (sinapsis) entre estas.5 Aunque a ciencia
cierta se desconoce la capacidad de memoria del cerebro, puesto que no se
dispone de ningún medio fiable para poder calcularla, las estimaciones varían
entre 1 y 10 terabytes.6 Según Carl Sagan, tenemos la
capacidad de almacenar en nuestra mente información equivalente a la de 10
billones de páginas de enciclopedia.7
No existe un único lugar físico para
la memoria en nuestro cerebro.8 La memoria está
diseminada por distintas localizaciones especializadas. Mientras en algunas
regiones del córtex temporal están almacenados los recuerdos
de nuestra más tierna infancia, el significado de las palabras se guarda en la
región central del hemisferio derecho y los datos de aprendizaje en el córtex
parieto-temporal. Los lóbulos frontales se dedican a
organizar la percepción y el pensamiento. Muchos de nuestros automatismos están almacenados en el cerebelo.
Los primeros estudios sobre la
memoria comenzaron en el campo de la filosofía, e incluían las técnicas para mejorar la memoria. A finales del siglo xix y principios del xx, la memoria pasó a ser el paradigma por
excelencia de la psicología cognitiva. En las últimas décadas se ha
convertido en uno de los principales pilares de una rama de la ciencia conocida
como neurociencia cognitiva, un nexo interdisciplinario entre
la psicología cognitiva y la neurociencia.
El psicólogo William James () fue el
primero en hacer una forma formal entre memoria primaria y memoria secundaria
(memoria a corto y memoria a largo plazo, respectivamente). Esta distinción
reside en el centro del influyente modelo de
almacenamiento múltiple de Atkinson y Shiffrin (1968).9
En general, se considera que Hermann Ebbinghaus (1885) fue el pionero en el estudio experimental de la memoria, al haberse
utilizado a sí mismo para estudiar fenómenos básicos tales como las curvas de aprendizaje y del olvido e
inventar sílabas sin sentido para dicho propósito.
Durante gran parte de la primera
mitad del siglo xx, la memoria no
constituyó un tema respetable para los psicólogos experimentales, lo que refleja el dominio del conductismo. Sin embargo,
algunos conductistas —en particular, los estadounidenses— estudiaron la
llamada conducta verbal utilizando el
aprendizaje de pares asociados, en el cual se
representan pares de palabras no relacionadas, donde el primer miembro del par
representa el estímulo y el segundo
la respuesta.
Este enfoque asociacionista hizo que el estudio de la memoria tuviera una posición firme dentro del marco conceptual conductista, y que desde entonces se le observa de m
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